lunes, 25 de octubre de 2010

Mi cobardía.


hombre llorando
Estoy postrado de hinojos
llorando mi cobardía;
pues la niña de mis ojos
nunca, jamás será mía.


Nunca supo de mi amor,
y aunque momentos había;
siempre me faltó valor
y nunca se lo decía.


Ella, ya lo sospechaba,
pero en vez de confesarlo,
sus sospechas acallaba;
me apresuraba en negarlo.


Su turbación se hizo obvia;
el tiempo velóz pasó;
de un chico se hizo novia
pues él "bonito le habló".


Hoy se acaba de casar
yo...de dolor, me moría;
pues no pude superar
¡Mi maldita cobardía!


Fin.

0 comentarios:

Publicar un comentario