Humilde pedí perdón
por la falta cometida,
al Dios de la creación
con mi alma entristecida.
Porque yo, le he insultado
y le ofendí gravemente
yo, iracundo y enojado,
me he portado inclemente.
Mientras tanto él me miraba
con ternura, entristecido,
escuchó que blasfemaba
sintiéndose incomprendido.
Él dejó que terminara
y cuando hube acabado,
su voz sonó bella y clara
me dijo: ¡Te he perdonado!
Pues no sabes lo que haces
igual lo dije en la cruz
hagamos, hijo las paces,
haya paz entre tú y Dios.
Me di cuenta de mi error,
perdón pedí arrepentido;
Él dio muestras de su amor
por este su hijo perdido.
FIN
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