miércoles, 27 de octubre de 2010

Enterrado vivo

lapida de cementerio
Me desperté derrepente
y al quererme incorporar;
con algo golpeó mi frente
que me impidió levantar.


Ayudado por el tacto,
inspeccioné donde estaba;
y descubrí, por contacto,
¡Que un ataúd, ocupaba!


"Debe de haber un error,
yo solo estaba dormido".
Comienzo a sentir terror;
¡No soy ningún fallecido!


Preso del miedo, grité,
pero nadie me escuchaba;
en un rato me calmé
y analicé donde estaba.


Pues me decidí a escapar
y me volví boca abajo;
por fín me pude voltear
aunque me costó trabajo.


Y me puse en acción,
e hice una "lagartija";
mis músculos, en tensión,
abrirían una rendija.


Por más esfuerzos que hice,
solo me logré cansar;
pues la tapa no cedía.
"Otro plan hay que pensar".


"Quizás desprenda un costado
si extiendo mis piés y manos;
solo eso no he intentado,
¡Mis esfuerzos no son vanos!.


Las fuerzas me abandonaron
me costaba respirar
y mis dedos me sangraron
después de tanto golpear.


Pronto me empecé a asfixiar
de nada sirvió mi empeño...
Oí mi reloj sonar...
Desperté...¡Todo fue un sueño.!


Fin.

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